KOREA

Como es conocido, la zona norte de Esmeraldas específicamente los cantones San Lorenzo y Eloy Alfaro, históricamente se han mantenido como poblaciones deprimidas, poco atendidas por el Estado, carentes de servicios básicos, lo que se refleja en condiciones de pobreza y pobreza extrema, agravada por las secuelas sociales y económicas que dejó la pandemia del COVID19.

 

A esto se suma que en el último año y medio, esta zona y toda la provincia de Esmeraldas se desenvuelve bajo una problemática social muy compleja, la amenaza del crimen organizado, por la influencia de grupos delictivos.  Al punto que el gobierno en los meses de octubre y noviembre tuvo que declarar estados de excepción temporales y “toques de queda” con intervención de las fuerzas armadas y la policía nacional, para controlar en algo la escalada de violencia.

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Frente a esta dura situación se activaron planes de contingencia estatales y de la sociedad civil. La presencia de la Iglesia, fue oportuna, activando, la solidaridad a través de las Cáritas Diocesanas, Cáritas Parroquiales y cooperación internacional para conseguir ayuda humanitaria y poder atender a las familias en sus necesidades básicas. Hasta el momento hay familias que se encuentran en albergues, campamentos instalados, hasta lograr su reubicación y resiliencia.